Los mercados caen y luego rebotan

BIS Quarterly Review  | 
5 de marzo de 2019

Las cambiantes perspectivas del crecimiento y de la política monetaria en las principales economías fueron el factor determinante de la evolución de los mercados durante el periodo analizado1. En diciembre, la preocupación de los inversores por la posibilidad de que la política monetaria continuara endureciéndose pese a la pérdida de fuerza de la economía mundial desembocó en una acusada caída de los precios de los activos de riesgo. A partir de enero, un giro acomodaticio de la política y la mejora de los datos económicos en Estados Unidos propiciaron un repunte de esos precios.

En la recta final de 2018, la preocupación por el crecimiento y la renovada atención suscitada por la incertidumbre de la política monetaria hicieron cundir el nerviosismo en los mercados internacionales, lo que provocó un repliegue hacia activos seguros. Las cotizaciones bursátiles cayeron y los diferenciales de la deuda corporativa se ampliaron en todo el mundo. Los rendimientos de la deuda soberana retrocedieron y las curvas se aplanaron ligeramente al reducirse las primas por plazo. Aunque la corrección de precios fue general, los activos estadounidenses salieron especialmente mal parados. En cambio, las economías de mercado emergentes (EME) se mantuvieron relativamente estables pese a la desaceleración continuada de la economía china. Dos indicios del endurecimiento de las condiciones financieras fueron las fuertes salidas de capital de los fondos de renta fija corporativa de alta rentabilidad y la contracción de la emisión de bonos y préstamos de baja calificación.

Los mercados financieros se recuperaron en enero, después de que varios bancos centrales reiteraran que la política monetaria se ajustaría en función de los riesgos para la economía mundial. La Reserva Federal insistió en que las decisiones sobre las tasas de interés y el balance dependerían de la evolución de los datos, y mantuvo las tasas oficiales sin cambios, aduciendo su preocupación por la economía mundial y las reducidas expectativas de inflación. El BCE hizo hincapié en los crecientes riesgos a los que se enfrenta el crecimiento en la zona del euro y subrayó su disposición a utilizar todas las herramientas de política en caso necesario. El Banco Popular de China inyectó abundante liquidez en el sistema bancario e introdujo nuevas herramientas de política, en el marco de una iniciativa con varios frentes destinada a estimular una economía que flaquea y a reforzar el préstamo bancario.

En enero y febrero, los mercados mundiales se recuperaron, impulsados por las decisiones de política monetaria y un renovado optimismo. Justo cuando los inversores se convencieron de que la política monetaria estadounidense continuaría siendo acomodaticia, la publicación de indicadores macroeconómicos más favorables de lo esperado en Estados Unidos contribuyó a alimentar un repunte de los activos de riesgo. Las acciones y los bonos corporativos recuperaron las pérdidas anteriores, y lo hicieron mostrando una correlación relativamente elevada entre países. Los precios del petróleo y de los metales industriales repuntaron. En las EME, la caída inicial del dólar contribuyó a la entrada sostenida de capital a fondos de renta fija y renta variable, y los rendimientos de la deuda pública retrocedieron tras mantenerse estables en los últimos compases del año. La entrada de capital continuó durante el periodo analizado, pero a un ritmo más lento a causa de la apreciación del dólar.

La evolución de la coyuntura en Europa divergió en ocasiones de la moderada mejora del clima a escala mundial. Las vulnerabilidades de los emisores soberanos europeos se redujeron en un primer momento, pero aumentaron más avanzado el periodo analizado. En un contexto de debilidad persistente de la economía, los diferenciales de la deuda pública italiana cayeron durante el mes de enero, para luego volver a subir ligeramente en febrero, mientras que los rendimientos de los bunds alemanes siguieron bajando hasta su nivel más bajo desde hace más de dos años. Aunque el resultado de las negociaciones del Brexit es cada vez más incierto, la libra esterlina y los diferenciales de la deuda pública del Reino Unido no registraron grandes variaciones, y la renta variable británica incluso subió.

 

1 Del 5 de diciembre de 2018 al 19 de febrero de 2019.