Análisis del préstamo bancario en China

(Texto extraído de las páginas 20-21 de los Aspectos más destacados de la actividad bancaria y financiera internacional del Informe Trimestral del BPI, diciembre de 2009)

Desde que estallara la crisis internacional, el crecimiento del crédito se ha frenado considerablemente o incluso se ha tornado negativo en la mayoría de las economías, a excepción de China, donde se ha acelerado con fuerza desde finales de 2008. En este artículo investigamos la dinámica de la actividad crediticia en los bancos chinos y sus implicaciones para la economía real.

Gracias al plan de estímulo lanzado por el Gobierno chino, el crédito creció de forma extraordinaria en el primer semestre de 2009. En concreto, los bancos chinos concedieron préstamos por valor de 7,4 billones de CNY, muy por encima de los 4,2 billones prestados en todo 2008. La expansión del crédito favoreció la fuerte recuperación de la economía china, pero también hizo temer unas condiciones crediticias excesivamente laxas. Una parte significativa de los préstamos bancarios podía haberse canalizado hacia los mercados bursátiles e inmobiliarios, propiciando así auges en el precio de los activos. En los primeros siete meses del año, la bolsa de Shangai ganó un 87%, pasando la razón precio/beneficio (PER) de 15 a 29. Los mercados de la vivienda también recobraron bríos, registrándose aumentos en las ventas e inversiones, así como en los precios.

En este contexto, las autoridades chinas adoptaron medidas prudenciales para contener el crédito a sectores con exceso de capacidad y para mejorar la solvencia de la banca. El regulador bancario emitió una serie de directivas para evitar que el préstamo bancario se desviara de sus fines. Asimismo, para reforzar la capacidad del sistema bancario para absorber pérdidas, elevó las provisiones para incobrables y endureció las normas para calcular el capital obligatorio. En consecuencia, el préstamo neto cayó notablemente en el tercer trimestre hasta situarse en 1,3 billones de CNY, y aún más en octubre, cuando alcanzó un mínimo anual de 253.000 millones.

La nivelación de la expansión del crédito ha tenido hasta ahora escasos efectos adversos sobre la economía real. De hecho, el PIB creció el 8,9% en el tercer trimestre, y se espera que ronde estos niveles en los próximos trimestres. Esta palpable desconexión entre el crédito y la economía podría explicarse por diversos motivos.

En primer lugar, las medidas de estímulo monetario suelen tardar en tener efecto sobre la economía real. En el caso de China, su intenso crecimiento económico en el tercer trimestre podría reflejar el rápido aumento del crédito durante el primer semestre.

En segundo lugar, la desaceleración del préstamo bancario neto desde julio podría responder en parte a la estacionalidad del crédito concedido por los bancos. El volumen de préstamos en China suele crecer con mayor intensidad en la primera mitad del año, cuando los bancos tienden a concentrar su actividad crediticia. Estimamos que los efectos estacionales explican 14 puntos porcentuales de la caída del 68% del préstamo neto mensual registrada al pasar de la primera a la segunda mitad del año. De hecho, los préstamos netos entre julio y octubre superaron en un 28% los del mismo periodo un año antes.

Por último, pero no menos importante, la composición del crédito ha cambiado bastante en los últimos meses (véase el Gráfico A). La caída del crédito bancario neto se concentró principalmente en el descuento de efectos comerciales y en los préstamos a corto plazo. En cambio, el volumen de préstamos a medio y largo plazo, que en principio estimulan de forma más directa la inversión y la actividad económica real, siguió creciendo a buen ritmo.

La financiación de efectos comerciales alcanzó 1,7 millones de CNY en la primera mitad del año, la cifra más alta hasta ahora. Esto podría explicarse como una estrategia por parte de los bancos para incrementar su crédito total en respuesta al plan de estímulo, sin perder por ello flexibilidad en sus carteras de activos. Los prestatarios suelen utilizar letras y pagarés como una fuente de financiación de bajo coste para hacer frente a sus necesidades de capital circulante. Una parte significativa de esos fondos parece haberse canalizado hacia los mercados de activos. Desde el mes de julio, los bancos han ido reduciendo sus servicios de descuento de efectos comerciales, siguiendo las consignas del regulador para moderar el crecimiento del crédito. Al mismo tiempo, al mantener una vigorosa concesión de préstamos a medio y largo plazo, siguen favoreciendo el crecimiento económico. Dado que la financiación de efectos comerciales en circulación alcanzó los 2.600 millones de CNY a finales de octubre, los bancos aún tienen margen para ajustar la composición de sus carteras de crédito en esa línea.

El firme crecimiento del crédito en China ha alentado la actual recuperación económica, pero no está exento de riesgos. Por ejemplo, la rápida progresión del crédito en el primer semestre comportó una relajación de los criterios de concesión, lo que podría mermar la calidad de los balances bancarios en el futuro. Además, el fuerte repunte de la inversión propiciado por esta expansión crediticia podría elevar la demanda de crédito en el futuro, para completar los proyectos en curso. Así pues, un endurecimiento de la política monetaria podría dejar a medias algunos proyectos y conllevar una acumulación de préstamos fallidos en el sector bancario. Junto a la intensificación de las presiones por las entradas de capital internacional, las autoridades chinas podrían tener que afrontar importantes limitaciones en su política monetaria y crediticia en los próximos años.