Evolución de los mercados de deuda locales en la actual crisis

BIS Quarterly Review  | 
13 de julio de 2009

(Texto extraído de las páginas 58-59 de la Presentación General del Informe Trimestral del BPI, junio de 2009)

Se ha planteado que los mercados de deuda internos podrían desempeñar una función de "rueda de repuesto" para compensar el repliegue de la financiación externa durante periodos de tensión financiera. Durante la crisis actual, sin embargo, la evolución de esos mercados ha sido dispar. Por una parte, los mercados de deuda pública locales han ofrecido una alternativa de financiación y han mostrado tanta flexibilidad como los mercados de deuda internacionales. Por otra parte, los inversionistas extranjeros han tendido a reducir sus carteras de deuda, desplazándose además hacia instrumentos con vencimientos más cortos.1

Alternativa de financiación para los Gobiernos. Pese a que la emisión de deuda interna disminuyó durante el otoño de 2008 en la mayor parte de la región, se ha observado una posterior recuperación, aunque alcanzando niveles menores. La mayoría de los Gobiernos han podido renovar su deuda a corto plazo, canjear deuda vencida por deuda a plazos más largos o colocar nueva deuda.

Flexibilidad de los mercados de deuda pública internos. Aunque los rendimientos de la deuda interna tuvieron un comportamiento más volátil durante el episodio de tensiones posterior a la quiebra de Lehman, su volatilidad fue menor que la de la deuda internacional, situándose ahora en niveles comparables a los existentes antes del citado episodio. De hecho, las recientes políticas encaminadas a ofrecer liquidez y a estabilizar los mercados de deuda internos podrían haber propiciado un descenso de la volatilidad. Esta evolución sugiere que, desde el punto de vista de un residente en América Latina con ingresos y gastos predominantemente en moneda local (como un Gobierno), la financiación en los mercados internos presenta ventajas.2

Menores carteras de deuda de los inversionistas extranjeros. La experiencia de México, país que cuenta que uno de los mercados de deuda interna más desarrollado y abierto de América Latina, ilustra esta tendencia. La proporción de deuda pública mantenida en carteras extranjeras disminuyó drásticamente tras la quiebra de Lehman. El mercado quedó distorsionado, produciéndose una brusca subida de los rendimientos de la deuda, especialmente en los vencimientos más largos (véase el primer panel del Gráfico A). A fin de satisfacer la demanda de instrumentos a corto plazo y de contrarrestar el rápido descenso de la demanda de deuda a largo plazo, el Tesoro mexicano redujo la emisión de deuda a largo plazo durante el cuarto trimestre de 2008 (tanto de los instrumentos a tasa de interés fija como de los indexados a la inflación) e incrementó la emisión de instrumentos a plazos más cortos (véanse los paneles segundo y tercero del Gráfico A).

Desplazamiento hacia instrumentos con vencimientos más cortos. En México, la emisión de deuda privada interna (de sociedades financieras y no financieras) quedó distorsionada. Durante octubre y noviembre no hubo emisiones de deuda a medio plazo (véase el cuarto panel del Gráfico A). La emisión de valores a corto plazo también disminuyó, aunque manteniendo niveles comparables a los observados durante 2007. En la región se han observado algunas excepciones a esta tendencia emisora, como la colocación de deuda a plazos relativamente largos por parte de algunas empresas con elevada calificación crediticia. Éste ha sido el caso, por ejemplo, de los bancos privados en Colombia (como Bancolombia y Davivienda).

En conjunto, la evolución de los mercados de deuda internos como alternativa a la financiación en los mercados de deuda internacionales durante esta crisis ha sido dispar. Este hecho podría reflejar un grado de desarrollo menos avanzado y la severidad de la crisis internacional. Un aspecto importante a tener en cuenta para la política económica es que la financiación en moneda local a los Gobiernos parece haber sido más estable que la financiación a las empresas.


1 Durante la última década ha aumentado la profundidad de los mercados de deuda de la región, convirtiéndose en la principal fuente de financiación vía endeudamiento. En 2008, el volumen de títulos de deuda interna en circulación ascendió a un promedio del 37% del PIB, frente al 9,6% de los títulos de deuda internacional. Véanse diversos análisis generales de la evolución de esos mercados en Tovar y Quispe-Agnoli (2008), Jeanneau y Tovar (2006, 2008), BPI (2007) y Scatigna y Tovar (2007).
2 Cabe la posibilidad de que la comparación no sea completamente objetiva porque las iniciativas orientadas a ofrecer liquidez y a estabilizar los mercados de deuda internos podrían haber contribuido a reducir su volatilidad.