Los mercados de divisas

BIS Annual Economic Report  | 
26 de junio de 2006

La amplia apreciación del dólar estadounidense, la estabilidad del euro y la tendencia generalizada del yen a la baja fueron las características más destacadas en los mercados de divisas durante gran parte de 2005. Desde principios de diciembre, sin embargo, la tendencia alcista del dólar se invirtió. Al igual que en años precedentes, tres fueron los factores principales que condicionaron la evolución de los tipos de cambio durante el periodo analizado: uno, los diferenciales de tipos de interés; dos, el déficit por cuenta corriente y la creciente posición deudora neta de Estados Unidos frente al exterior; y, tres, la incesante acumulación de reservas en China, que limitó la depreciación del dólar frente al renminbi. A diferencia de años anteriores, el incremento de las reservas se desaceleró en otros países asiáticos con economías de mercado emergentes. La revisión de la política cambiaria china en julio de 2005 despertó gran interés, pero a mediados de mayo de 2006 sus efectos sobre los mercados de divisas eran todavía escasos.

Una sección especial del capítulo explora las tendencias y los factores que determinan las rentas netas de Estados Unidos y de otros países industrializados, así como sus posibles implicaciones para la sostenibilidad de los desequilibrios externos. Estados Unidos viene registrando un saldo positivo en la balanza de rentas, pese al deterioro de su posición neta en activos frente al exterior. Esto responde en parte a que una mayor proporción de sus activos es de alta rentabilidad (por ejemplo inversión extranjera directa) y en parte a que Estados Unidos obtiene de su inversión directa en el exterior mayor rentabilidad que la que perciben los extranjeros en su inversión directa en Estados Unidos. Un sencillo análisis de sensibilidad revela la importancia que una mejora de la balanza comercial tendría para la sostenibilidad de su posición neta en activos frente al exterior. Además, los efectos de valoración también pueden ser significativos para la posición externa, aunque su impacto sea puntual. La variación en las rentabilidades relativas influye significativamente en las rentas netas, aunque sólo secundariamente en los activos netos frente al exterior.