Aspectos más destacados de las estadísticas internacionales del BPI

BIS Quarterly Review  | 
12 de diciembre de 2011

Los bancos declarantes al BPI redujeron sus activos transfronterizos frente a residentes en economías desarrolladas en el segundo trimestre de 2011, pero aumentaron los préstamos transfronterizos a las economías emergentes por noveno trimestre consecutivo. En términos absolutos, el préstamo concedido a residentes en Estados Unidos presentó la mayor contracción (155 000 millones de dólares o 2,8%). Los activos frente al Reino Unido y Japón también se redujeron (52 000 millones de dólares o 1,1% y 32 000 millones de dólares o 4,1%, respectivamente), mientras que los activos frente a residentes en la zona del euro apenas aumentaron en 7 500 millones de dólares (0,1%).

Entre las regiones emergentes, el incremento de los activos frente a China (68 000 millones de dólares o 16%) impulsó las posiciones acreedoras frente a la región de Asia-Pacífico (en 108 000 millones de dólares o el 9,0%). Los activos transfronterizos frente a residentes en América Latina, el Caribe y países emergentes de Europa también crecieron con vigor (33 000 millones de dólares o 5,9% y 10 000 millones de dólares o 1,3%, respectivamente), mientras que los activos transfronterizos frente a los residentes en África y Oriente Medio registraron una contracción de 6 300 millones de dólares o un 1,2%.

La elevada proporción de los activos transfronterizos y los activos internacionales a corto plazo de las economías de Asia-Pacífico frente a los bancos declarantes al BPI podría hacerlas más vulnerables a una repentina retirada de capitales a través del sistema bancario. Por otra parte, el riesgo de una retirada del crédito ante un eventual desapalancamiento de los bancos de la zona del euro es mayor en los países emergentes de Europa.

La emisión de títulos de deuda internacionales disminuyó en el tercer trimestre de 2011. El deterioro de las condiciones de mercado exacerbó la desaceleración típica del verano en el hemisferio norte. El resultado fue una reducción del 16% en la emisión bruta efectiva mundial que, con 1,66 billones de dólares, marcó su mínimo desde finales de 2005. La emisión neta, por su parte, retrocedió hasta los 142 000 millones de dólares, su segundo menor volumen desde finales de 1998.