Las perspectivas de crecimiento e inflación cobran protagonismo

BIS Quarterly Review  | 
6 de junio de 2011

Tras el devastador terremoto y tsunami en Japón a principios de marzo, los inversores se replegaron hacia activos más seguros, si bien esta tendencia se invirtió rápidamente conforme disminuía la incertidumbre sobre el impacto económico de estos acontecimientos. Desde finales de marzo, la atención de los inversores se ha vuelto a centrar en las perspectivas de crecimiento e inflación mundiales, así como en las posibles respuestas de política monetaria.

En los principales países desarrollados, los rendimientos de la deuda disminuyeron al empeorar las perspectivas de crecimiento e inflación mundiales. Los precios de numerosos productos básicos se estabilizaron o incluso descendieron, reduciendo las expectativas de inflación a corto plazo. Los inversores continuaron anticipando un sólido crecimiento en las economías emergentes mientras recortaban sus expectativas de crecimiento para Estados Unidos. Los bancos centrales de las economías de mercado emergentes endurecieron su política monetaria en respuesta a las presiones inflacionistas procedentes del fuerte crecimiento y de anteriores subidas en los precios de los productos básicos.

La ampliación de los diferenciales de crecimiento y de tasas de interés entre países emergentes y desarrollados se tradujo en una depreciación generalizada del dólar estadounidense y en flujos de capital hacia los títulos de renta variable y renta fija de los mercados emergentes.

En mayo, creció la preocupación de los participantes en los mercados por una reestructuración de la deuda pública griega. Los diferenciales de los bonos soberanos griegos se ampliaron hasta alcanzar máximos históricos. Los temores ante un mayor impacto de esta evolución se tradujeron en mayores diferenciales para otros países y en una acusada depreciación del euro.