Los mercados financieros

BIS Annual Economic Report  | 
30 de junio de 2008

Entre junio de 2007 y mediados de mayo de 2008, la preocupación por las pérdidas en el mercado hipotecario estadounidense de alto riesgo creció hasta convertirse en un brote de tensión financiera generalizada. Lo que inicialmente parecía un problema bien circunscrito muy pronto acabó extendiéndose a otros segmentos de crédito y al mercado financiero en general, hasta el punto de que importantes componentes del sistema financiero quedaron prácticamente inoperantes. La intensa demanda de liquidez, unida a la creciente incertidumbre sobre el riesgo de contraparte, provocó tensiones sin precedentes en los principales mercados interbancarios, al tiempo que la rentabilidad de los bonos en las economías industriales avanzadas se desplomaba al buscar los inversionistas activos seguros ante el temor a un posible debilitamiento del crecimiento. Los mercados bursátiles de estos países también se resintieron, con caídas sustanciales de las acciones financieras. El contrapunto positivo lo pusieron los mercados financieros emergentes que, a diferencia de lo ocurrido en episodios previos de tensión generalizada en los mercados de activos, salieron mejor parados que los de las economías industriales avanzadas.

Las turbulencias financieras, que estallaron a mediados de junio de 2007, se desarrollaron en seis etapas:

  • una drástica ampliación de los diferenciales de los productos hipotecarios de alto riesgo, a consecuencia de rebajas a gran escala de la calificación crediticia de activos procedentes de la titulización de hipotecas y del cierre de varios hedge funds expuestos a éstos;
  • a partir de mediados de julio, la intensa presión vendedora se extiende a otros mercados, crediticios y no crediticios, incluido el de productos estructurados en general;
  • desde finales de julio, las turbulencias afectan al crédito a corto plazo, especialmente a los mercados monetarios interbancarios;
  • desde mediados de octubre, los problemas se expanden por el sistema financiero, afectando incluso a las entidades aseguradoras de bonos;
  • desde principios de 2008, la progresiva atrofia de los mercados ante el marcado empeoramiento de las perspectivas macroeconómicas estadounidenses, junto con el creciente temor a potenciales riesgos sistémicos, hizo ampliarse de forma inusual los diferenciales incluso de los activos de más calidad; y
  • fase de recuperación, salvo en el mercado interbancario a plazo, después de que la Reserva Federal facilitara la absorción de un banco de inversión estadounidense en dificultades en marzo de 2008.