La economía mundial

BIS Annual Economic Report  | 
27 de junio de 2005

La economía mundial creció con fuerza en 2004, merced a políticas monetarias expansivas y condiciones financieras extraordinariamente acomodaticias. La espectacular subida de los precios de los productos básicos no consiguió disparar la inflación de manera generalizada, pero ayudó a moderar la expansión de la economía mundial en la segunda mitad del año. Tras el repunte sincronizado de los diferenciales de crecimiento en el primer semestre de 2004, éstos se ampliaron de nuevo al desacelerarse la actividad en los países importadores de productos básicos (con la notable excepción de Estados Unidos y China), mientras que los países exportadores siguieron creciendo en general a un ritmo considerable.

La opinión de consenso para 2005 apunta a que continuará el sólido crecimiento de la economía mundial y la inflación se mantendrá en general reducida. Ahora bien, la evolución más reciente en los mercados financieros y de materias primas pone de relieve los principales riesgos para este escenario. El precio del petróleo bien podría mantenerse alto durante algún tiempo y, en caso de elevarse más, podría perjudicar a la economía mundial más de lo que se prevé en la actualidad. Por otro lado, si los actuales tipos de interés a largo plazo extraordinariamente bajos volvieran a niveles más normales, podría restringirse el gasto de los hogares. Además, queda mucho por hacer para solucionar los desequilibrios internos y externos. En numerosos países industrializados avanzados, la deuda de los hogares ha seguido aumentando y su nivel de ahorro se ha reducido, al tiempo que los déficit fiscales han permanecido altos. Uno de los principales desafíos a nivel mundial sigue siendo la reducción de los desequilibrios por cuenta corriente, que se han ampliado desde comienzos de año.