Tensa calma a la espera de una subida de tasas

BIS Quarterly Review  | 
6 de diciembre de 2015

La interacción entre las cambiantes perspectivas de normalización de la política monetaria en Estados Unidos, las debilidades de los mercados emergentes (ME) y la acomodación en otras importantes economías avanzadas (EA) marcó el rumbo de los mercados en el cuarto trimestre de 2015.

Los mercados se estabilizaron en octubre, tras la agitación de agosto. El temor a una crisis centrada en los ME se disipó conforme se adentraban en aguas más tranquilas los mercados chinos bursátiles y de divisas, que fueron el epicentro de las turbulencias. El clima de confianza mejoró tras las intervenciones de política en las EME y las expectativas de una acomodación monetaria continuada en las EA, incluido Estados Unidos. Los mercados de activos de todo el mundo registraron un fuerte repunte y las volatilidades cayeron.

El panorama cambió tras la reunión de octubre del Comité Federal para las Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) y el anuncio a comienzos de noviembre de un fortalecimiento del mercado laboral estadounidense. Ambos acontecimientos elevaron la probabilidad de una subida de las tasas de interés oficiales estadounidenses en diciembre. Los rendimientos de la deuda estadounidense aumentaron y el dólar reafirmó su fortaleza, reflejando las expectativas de una divergencia de políticas entre las principales EA.

Aunque las cotizaciones de las EME sufrieron un reajuste particularmente pronunciado, la reacción de los mercados fue efímera. En los cinco primeros días tras la publicación de los datos de empleo en Estados Unidos, los mercados bursátiles, de deuda y de divisas parecieron revivir el «taper tantrum» de mediados de 2013, aunque, a diferencia del persistente deterioro de entonces, los mercados de las diferentes clases de activos de los ME ya habían recuperado gran parte de las pérdidas iniciales a mediados de noviembre.

La efímera respuesta de los mercados podría sugerir que las EME están en condiciones de afrontar un posible endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos. No obstante, las condiciones menos favorables en los mercados financieros, combinadas con peores perspectivas macroeconómicas y la creciente sensibilidad a las tasas de interés estadounidenses, elevan el riesgo de propagación de efectos adversos hacia las EME una vez comience dicho endurecimiento. Además, unas condiciones financieras menos favorables podrían acentuar los riesgos para la estabilidad financiera de una serie de EME.