El sector financiero en los países industriales avanzados

BIS Annual Economic Report  | 
24 de junio de 2007

El sector financiero siguió cosechando en su conjunto buenos resultados en los países industriales avanzados. Las entidades bancarias disfrutaron un año más de un entorno crediticio en general favorable y de un sólido negocio minorista. La banca de inversión volvió a anotarse beneficios récord gracias a la mayor actividad en los mercados de capitales y al auge del capital inversión (private equity). La captación de recursos por los hedge funds se moderó comparado con años anteriores, en respuesta al descenso de sus rendimientos. Con todo, la integración de estos fondos en el sistema financiero internacional es cada vez mayor, habida cuenta de las exigencias de una gama cada vez más amplia de inversionistas y de la intensificación de las presiones para que mejoren sus políticas de divulgación o cumplan requisitos de regulación más estrictos. En cuanto al sector asegurador, las compañías del ramo de vida consolidaron sus balances, mientras el segmento de seguros de responsabilidad civil y accidentes siguió recuperándose sin grandes contratiempos de un ejercicio 2005 marcado por una elevada siniestralidad.

Los resultados ordinarios se suman a unos niveles de capitalización ya de por sí saludables, lo que indica que las entidades financieras están en condiciones de soportar fuentes de tensión previsibles a medio plazo, al tiempo que los sistemas financieros deberían poder encajar sin dificultad episodios de presión idiosincrásicos. Los bancos exhiben en general más solidez que en momentos similares de ciclos anteriores. Los principales factores de vulnerabilidad potencial son de naturaleza indirecta y están ligados al ciclo económico. Las consecuencias de la asunción de riesgos en el pasado, plasmada en la pujanza de las inversiones inmobiliarias y de la financiación apalancada, dependerán sobremanera de la evolución de las tasas de interés y de la coyuntura económica general.

La globalización financiera ha sido una importante tendencia estructural con repercusiones notables para la organización de las entidades bancarias, la naturaleza de sus estrategias de negocio y sus perfiles de riesgo. Las fusiones transfronterizas y la creciente exposición a los mercados extranjeros han originado una red de flujos internacionales de capital que ofrece oportunidades de beneficio y diversificación, pero también conllevan riesgos tanto para los resultados de cada entidad financiera como para la evolución de las economías nacionales. Por tanto, la internacionalización de la banca afecta también al diseño de estructuras de supervisión prudencial y a la calibración de las políticas aplicadas.